Cuando la noche se oculta
tras de sí las almas en pena salen a bailar para celebrar que aun siguen vivas.
Suavemente la noche ciega
los sentidos para que los sueños sean protagonistas de una vida sin dueño, sin
acritud, sin un sentido claro que desdibuje la realidad, una realidad afín a la
sinrazón del que gobierna al gobernador, del que no ama al amado y del que no
quiere vivir una vida de la
que no se siente dueño.
Cuando la noche despliega
su abanico de colores todos callan, hasta los muertos guardan silencio.
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